Condenado por estafa busca impunidad y participa de político con Marito
15:12 - 28/12/2025
Carlos Franco Benítez, debía estar en prisión cinco años por estafa, hizo “desaparecer” G. 500 millones y su celda hasta ahora sigue vacía gracias a chicanas de sus abogados y complicidad judicial. De esta forma el escándalo de un condenado que sigue libre y se pasea por actos políticos vuelve a golpear la credibilidad de la Justicia y de la dirigencia colorada encabezada por el expresidente de la República, Mario Abdo Benítez (Marito).
SAN JUAN NEPOMUCENO. La impunidad volvió a exhibirse sin pudor en San Juan Nepomuceno. Franco Benítez es un exconcejal colorado condenado por estafa, con una sentencia firme de cinco años de prisión, se movió sin obstáculos y se infiltró en una cena política encabezada por el expresidente Mario Abdo Benítez, como si no cargara sobre sus espaldas uno de los fraudes más vergonzosos de los últimos años.
El episodio se produjo durante la presentación del precandidato a intendente del movimiento Colorado Añetete, Ángel García, dejando al desnudo una realidad incómoda y persistente: en Paraguay, ni siquiera una condena judicial es suficiente para expulsar a ciertos personajes del circuito político.
Referentes departamentales de Colorado Añetete intentaron despegarse del escándalo, asegurando que el condenado no pertenece al movimiento. Sin embargo, las preguntas siguen sin respuesta: ¿quién le abrió la puerta?, ¿quién lo dejó ingresar?, ¿y por qué nadie tuvo la mínima dignidad política de retirarlo del lugar?
Aunque es oriundo de San Juan Nepomuceno, el condenado fue concejal municipal en el distrito de Yuty, cargo del que terminó destituido, no por una cuestión ética ni por responsabilidad política, sino porque ya no podía cumplir funciones debido al proceso penal por estafa que lo cercaba.
La condena se originó en una maniobra ruin, fría y planificada, ejecutada cuando presidía la Asociación de Funcionarios de la Essap (AFESAAP). Utilizó a humildes correligionarios como pantalla para acceder a créditos millonarios que jamás llegaron a sus supuestos beneficiarios y que terminaron financiando su campaña política.
Más de G. 500 millones desaparecieron, mientras las víctimas quedaron endeudadas, acosadas por financieras y completamente abandonadas por la política, esa misma política que el hoy condenado utilizó como trampolín personal.
Libre, condenado y protegido por el sistema
Pese a la sentencia firme, Carlos Franco Benítez sigue en libertad, amparado en una acción de inconstitucionalidad que, según entendidos en la materia, no busca justicia, sino tiempo: tiempo para seguir libre y estirar el reloj de la impunidad.
El mensaje es devastador y peligroso: estafar no inhabilita, condenar no encarcela y la política continúa funcionando como refugio de personajes que jamás deberían volver a pisar un acto público.
La Justicia tiene una deuda pendiente y tarde o temprano, deberá hacer lo que hasta hoy viene postergando: enviar a la cárcel a un condenado por estafa.
Fuente: caazapaahora

