Caos, hambruna y tragedia en Gaza
09:08 - 06/08/2025
Ashraf Selim, padre de ocho hijos, murió por una bala perdida mientras intentaba entregar suministros. Su cuerpo llegó al hospital Shifa con un impacto en la cabeza. El ejército israelí aseguró no tener conocimiento del caso y afirmó que no ataca deliberadamente a convoyes humanitarios.
Hamas responsabilizó a Israel por la tragedia. Sostiene que los camiones son obligados a circular por rutas alternativas, peligrosas y sin pavimentar, debido a las restricciones impuestas por el ejército israelí. Según el movimiento islamista, esas condiciones empujan a los vehículos a zonas donde las multitudes desesperadas los rodean antes de que puedan realizar una distribución controlada.
Al comienzo del conflicto, la entrega de ayuda era más segura. La policía dirigida por Hamas escoltaba los convoyes e incluso arrestaba a quienes intentaban revender la ayuda. Pero hoy, con el aparato de seguridad colapsado, “todo está permitido”, según los propios transportistas. La ONU, por su parte, rechaza que la protección sea provista por fuerzas israelíes, aduciendo que violaría su principio de neutralidad.
El conductor Anas Rabea relató que, apenas cruzó el paso de Zikim, su camión fue rodeado. “Las instrucciones son parar, porque no queremos atropellar a nadie”, dijo. “Es una locura. Hay gente trepando por la carga, por las ventanas. Es como estar ciego, no se puede ver nada”. Luego, fue interceptado por una banda armada que lo amenazó a punta de pistola y le robó lo poco que quedaba. “Cada vez que salimos, nos roban. Cada día es peor”.
Parte de la ayuda humanitaria es vendida en mercados locales a precios elevados tras ser robada de los camiones (AP/Mariam Dagga)
La crisis humanitaria se agrava cada semana. Voceros de Salud en Gaza, controlados por Hamas, informaron que al menos 193 personas han muerto por desnutrición desde el inicio de la guerra, incluyendo 96 niños. Solo el miércoles, se reportaron cinco nuevas muertes vinculadas al hambre.
Más de 100 organizaciones humanitarias y grupos defensores de los derechos humanos han advertido sobre una posible hambruna generalizada en Gaza. Denuncian que Israel está impidiendo el ingreso y la distribución de ayuda crucial. El gobierno israelí niega estas acusaciones. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha declarado que “no hay hambre” en Gaza y que Israel no está bloqueando el ingreso de suministros.
En respuesta a la presión internacional, el ejército israelí anunció la apertura de corredores humanitarios en tres zonas del enclave. También autorizó lo que denominó “pausas tácticas localizadas” en las operaciones militares para facilitar la llegada de ayuda. Sin embargo, la entrega efectiva sigue siendo intermitente y peligrosa.
La ONU estima que cerca del 90% de la población gazatí —más de dos millones de personas— ha sido desplazada desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó el conflicto. Ese día, comandos de Hamas atacaron el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas y secuestrando a más de 250. Desde entonces, Israel lanzó una ofensiva militar que, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, ha dejado más de 61.000 muertos.
Fuente: Infobae