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Construyamos más cementerios, los vamos a necesitar

ASUNCIÓN.- El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, sigue meando fuera del tarro; sigue porque empezó ya con mala puntería, pues solo un tuerto le pondría a un Juan Villamayor como ministro del Interior. Ahora, con la decisión de poner tanques y demás armas de guerra al frente de las penitenciarías, el jefe de Estado le puso la firma a su forma descabellada de gobernar el país.

La gente de bien que transita con el “Jesús en la boca” todos los días por este bendito país, es la que necesita ser protegida, defendida, cuidada; no los criminales que están tras las rejas. Aquellos que justamente, de repente, han atentado contra la vida de las personas que en vida contribuían también al crecimiento de esta bendita nación. Sin embargo, el propio gobierno está demostrando que su prioridad no es la gente que produce, sino las escorias sociales que fueron encerradas en su momento. 

Nuestro país en los últimos meses, ha experimentado una ola de violencia, por decirlo de alguna forma, hasta se quiera deliberada; porque el ministro del Interior, no hace otra cosa que dar discursos sin sentido alguno, sin muestras de que tiene un plan para cambiar esta realidad. Los “casos aislados”, al decir de Villamayor, dejaron de ser tales para enlutar a varias familias en los últimos días.

¿Y qué carajos está haciendo el Gobierno para dar mayor seguridad a la gente? Pues, no pinta bien la cuestión al saberse que Villamayor sigue siendo el “pupilo” preferido de Marito. La ineptitud le está costando caro al país entero.

Las calles están tomadas por delincuentes motorizados que arma en mano están sembrando el terror. Uno sale de casa a la mañana y tal vez lo traigan de regreso en un ataúd. Sin embargo, nuestro jefe de Estado mandó sacar algunos tanques de los cuarteles para “figuretear”, como lo ha venido haciendo desde el inicio de su mandato.

Pero, este es el precio que estamos obligados a pagar. Mientras Marito “y su gente” sigan gobernando este país como lo están haciendo, más vale que construyamos más cementerios.