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COVID-19 Y LAS MUJERES: 7 millones de embarazos no planificados

Alarmante impacto del COVID-19 en las mujeres, según los datos hasta el momento los resultados adversos son 7 millones de embarazos no planificados y 31 millones de casos adicionales de violencia de género

ASUNCIÓN, Paraguay. De los 7.700 millones de habitantes que hoy conforman el planeta, 11,8 millones han sido infectados por COVID-19, que a la fecha ha causado la muerte de más de 545.000 personas en el mundo. Economías, comunidades y personas de todos los países sufren los severos impactos de la pandemia, aunque no todas son afectadas por igual. Las mujeres y las niñas conforman el grupo con más riesgo a que se vulneren sus derechos sexuales y reproductivos, o sean víctimas de violencia por parte de sus parejas u otros miembros de la unidad intrafamiliar, como resultado de las tensiones crecientes en el hogar.

Este sábado 11 de julio, en el Día Mundial de la Población, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)  invita a una reflexión sobre las necesidades de salud sexual y reproductiva y las vulnerabilidades de las mujeres y las niñas durante la pandemia, salvaguardando los logros alcanzados y determinando qué esfuerzos son requeridos para evitar situaciones de discriminación y desigualdad.

La atención de la salud sexual y reproductiva es un derecho y, tal como sucede con los embarazos y los partos, los derechos humanos no se detienen durante las pandemias. Todos juntos debemos frenar la COVID-19 y proteger la salud y los derechos de las mujeres y las niñas, ¡y debemos hacerlo ya!”, remarca la doctora Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, en torno a la conmemoración de esta fecha y sostiene que ningún país podrá salir de manera aislada de esta situación, pues “la pandemia es un crudo recordatorio de la importancia de la cooperación mundial”.

Investigaciones recientes del UNFPA  demuestran que si el confinamiento se prolonga por 6 meses, con interrupciones importantes en los servicios de salud, 47 millones de mujeres en países de ingresos bajos y medios no podrán acceder a anticonceptivos modernos, lo que provocará 7 millones de embarazos no planificados.

Además, se pueden esperar 31 millones de casos adicionales de violencia de género. La interrupción de los programas del UNFPA en el terreno también podría dar lugar a 2 millones de casos de mutilación genital femenina y 13 millones de matrimonios infantiles entre 2020 y 2030, que podrían haberse evitado.

La situación en el Paraguay

En el Paraguay, la pandemia crea barreras adicionales a las mujeres embarazadas que necesitan atención prenatal o servicios de parto seguro. Según datos del Ministerio de Salud Pública, en lo que va del año 2020 el número de muertes maternas con relación al mismo periodo del 2019 ha tenido un aumento del 16%. En el área perinatal, en lo que va del año 2020, el número de nacimientos prematuros es de 3.524.

A la par, la creciente demanda de servicios de salud para atender a casos respiratorios y la consecuente disminución de la demanda y oferta de servicios de salud sexual y reproductiva pone en riesgo la continuidad del uso de métodos de planificación familiar y el aumento de embarazos no planificados, fundamentalmente en las adolescentes. En esta franja etaria, las estadísticas del país ya eran preocupantes años atrás: uno de cada seis nacimientos registrados en el 2017 fueron resultado de partos de mujeres cuyas edades oscilaban entre 10 y 19 años. Post pandemia, habrá que visualizar si estos nacimientos, en niñas y adolescentes, se han incrementado o no. 

Durante estos meses de pandemia, las consultas a servicios de planificación familiar se redujeron en un 28% al comparar los registros del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social del período de enero a mayo de los años 2019 y 2020. En el mismo período se registra una reducción del 68% de todas las consultas en salud por parte de personas adolescentes.

Con respecto a la violencia de género, entre los meses de marzo a abril, durante la cuarentena total, las llamadas al 137 SOS Mujer aumentaron en un 78%, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de la Mujer. El estrés y las dificultades económicas, producto de la crisis de la pandemia, incrementan el riesgo de violencia en el hogar. Adicionalmente, la falta de recursos económicos restringe en las mujeres en situación de violencia las posibilidades de buscar ayuda y dejar a su agresor.

De enero a abril del 2020, el Ministerio Público recibió 869 denuncias de abuso sexual infantil. El 85% de los casos se cometieron en el entorno familiar y las víctimas fueron en un 80% niñas.

En lo que respecta al trabajo, gran parte de las mujeres depende de la economía informal y tiene un mayor riesgo de caer en una situación de pobreza. El trabajo de cuidados no remunerado, además, se ha incrementado a causa de los cierres de escuelas y las nuevas necesidades de las personas mayores.

Y a esto, se suma que las mujeres también son una parte importante del personal de salud que trabaja en la primera línea de respuesta a la pandemia, por lo que tienen una exposición desproporcionada a la COVID-19: una vulnerabilidad más que enfrentan por su condición de género.