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Excombatientes de la Guerra del Chaco no descansan en paz

El Mausoleo de Gloria de los Héroes del Chaco de ésta ciudad, se ve cada vez más abandonado, la catacumba huele hedionda, con restos óseos podridos en féretros o simples bolsas plásticas, la mayoría de los panteones invadidos por insectos como termitas, hormigas y avispas, otros ganados por vegetales que deterioran las estructuras a punto de venirse abajo, así como la muralla del sitio histórico. 

CONCEPCIÓN.- La comunidad concepcionera había trabajado arduamente para ofrecer a los héroes de la Guerra del Chaco, un sitio digno donde descansar en paz, sin embargo con el correr de los años, acercándonos al medio siglo de su inauguración, cada vez menos personas se interesan por mantener el mausoleo de gloria de los concepcioneros. 

En la catacumba, como en los demás panteones los cuerpos de los héroes de la Guerra del Chaco, se observan en féretros podridos y nauseabundos confundidos entre los restos óseos de los otrora gallardos defensores del territorio chaqueño paraguayo.

El Mayor Rufino Pampliega Franco, el Mayor Lorenzo Medina, el Capitán Gumercindo Sosa, el Tte. 1o. Manuel Irala Fernández, “Yacaré Valija”; el Tte. 1º. Aniano Cabrera, Vicente Cabañas, Pedro Céspedes, Ladislao Cabrera, Antonio Riquelme, son algunos de los centenares de héroes que descansan en el “Panteón de los Héroes de Concepción”.

Varios familiares de renombrados héroes de la guerra del Chaco, decidieron trasladar los restos óseos a otros campos santos como humanitaria y patrióticamente, consideraron los allegados del Capitán Gumercindo Sosa.

El féretro del recordado Cap. Sosa, sus familiares  resolvieron trasladar a un campo santo de Asunción, debido a que en una de sus visitas no pudieron llegar hasta la catacumba, el subterráneo donde descansaba el cuerpo sin vida del memorable militar, estaba totalmente inundado. 

Otros familiares, como los de Venancio Aguilar, uno de los conductores de los transportes utilizados durante la Guerra del Chaco, decidieron dar cristiana sepultura al recordado “Toro Aguilar”, fuera del Panteón de los Héroes. 

Así como los familiares del Capitán Sosa, otros tantos decidieron trasladar los féretros de sus allegados hasta lugares más seguros, luego de observar la lúgubre postal de restos óseos de héroes, retazos de sagrados uniformes militares y pedazos de féretros flotando en la planta baja del Mausoleo de Gloria de los Héroes de la Guerra del Chaco.

Principales desidias

La desidia, principalmente de las autoridades municipales y el escaso interés de los concepcioneros permitirán que en un futuro no tan lejano se derrumbe por completo el Panteón de los Héroes, que fuera inaugurado un 5 de diciembre de 1.972, con la presencia del entonces presidente de la República, Alfredo Stroessner.

Ramón Castillo (89), uno de los vecinos, quien incluso tenía su casa familiar en el sitio donde está erigido el Mausoleo de Gloria, pasando a vivir frente al Panteón de los Héroes por disposición municipal, recordó que varios jóvenes voluntarios ayudaron en la construcción del histórico mausoleo. 

Castillo recordó que luego de la inauguración por el entonces presidente Stroessner, en el sitio quedó una capilla con hermosas imágenes y muebles, hoy en día desaparecidos. La administración del cementerio municipal incluso contaba con motobombas para el desagüe de las aguas de lluvia cuando éstas inundaban el subsuelo del sitio.

En la actualidad, lo único que solemos ver es un pequeño blanqueo del lugar conocido como Panteón de los Héroes, señaló, Castillo.

Debido al agua surgente que fluye en una de las alas del subterráneo, el sitio está casi totalmente deteriorado, además por la falta de limpieza y mantenimiento las termitas vienen originando varias grietas en el techo del subterráneo que sirve como piso a la capilla donde antiguamente se realizaban las actividades recordativas referentes a los enfrentamientos bélicos que mantuvo nuestro país.

En el interior del Panteón de los héroes, penosamente se pueden observar que los restos óseos, varios de ellos no identificados, están esparcidos hasta por el suelo, unos pocos en pequeñas bolsas improvisadas.

Los responsables del cementerio local, ante una consulta, se limitaron a expresar que en días de mucha concurrencia, generalmente, el lugar permanece con las puertas cerradas para evitar problemas.

Por: Telmo Ibáñez.